Llegó feliz al lejano país, aunque con ganas de hacer pipí. No consiguió baño, porque el baño también era un lejano baño, y se aguantó. Contempló el lejano molino, las lejanas casas, las lejanas montañas, y decidió dormir un rato. No consiguió el sueño, pues éste también era un lejano sueño, y amaneció meado.
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